miércoles, 27 de noviembre de 2013

LA MUTACIÓN DE LA GRIPE


Como he comentado en entradas anteriores, uno de los mayores problemas que supone la gripe en la población es que este virus tiene la capacidad de mutar. Debido a esta capacidad, el virus cambia sus proteínas de membrana constantemente, lo que dificulta a nuestro organismo su reconocimiento y, por tanto, la lucha contra el mismo.


El virus de la gripe tiene dos mecanismos principales de mutación:

En primer lugar, mediante la deriva antigénica: en este caso el código genético sufre mutaciones que conllevan pequeñas variaciones en el virus cuando este se reproduce. Esta capacidad es la que supone la variación del virus de un invierno a otro, y por tanto la que nos obliga a sintetizar nuevas vacunas año tras año.

Por otra parte, también puede mutar mediante el cambio antigénico: esta mutación es un fenómeno relativamente raro, ya que en el siglo XX tan solo se han registrado tres cambios antigénicos del virus de la gripe. En este caso, dos virus diferentes entran en contacto e intercambian fragmentos de su código genético obteniéndose así nuevas cepas distintas del virus, las cuales, si se transmiten de forma exitosa entre los individuos pueden llegar a generar una pandemia.

Esta última mutación supone un gran peligro, ya que tanto su capacidad de transmisión como su virulencia son muy difíciles de conocer antes de que este se expanda, y, además, como se trata de un virus totalmente nuevo, la población no presenta inmunidad alguna frente al mismo.

Fuente: Gripe.net

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