El asma posee unos síntomas y signos muy comunes, que no tienen porqué significar la presencia de asma. Además, en pacientes con asma, pueden no manifestarse estos síntomas:
- Tos: acostumbra impedir un sueño tranquilo, ya que se da más por la noche o por la mañana temprano.
- Sibilancias: silbidos que producen al respirar.
- Respiración difícil: falta de aliento o sensación de no poder sacar el aire de los pulmones.
- Presión en el pecho.
Para diagnosticar el asma, se suele utilizar la prueba de función pulmonar, que explicaremos mañana, un examen médico y entrevista sobre los antecedentes del paciente, para poder detectarlo cuanto antes, ya que podría llegar a ser mortal. El tratamiento adecuado hace que los individuos que padecen de asma no presenten síntomas, o sean muy leves, ni de día ni de noche.
Los síntomas del asma tienen varias causas, que el médico puede ayudarle a descubrir para intentar evitarlos. Algunos de estos factores desencadenantes son:
- El polvo, el pelo de animales, las cucarachas, el moho y el polen de árboles y flores
- Los irritantes como el humo de cigarrillo, la contaminación del aire, las sustancias químicas o el polvo del trabajo, los compuestos presentes en productos decorativos para el hogar y los atomizadores (por ejemplo, el fijador para el cabello)
- Medicinas como la aspirina y otros antiinflamatorios no esteroides,
- Las infecciones de las vías respiratorias superiores, como los resfriados
- La actividad física (incluido el ejercicio)
Además, hay otros factores que hacen que controlar el asma sea más difícil, como pueden ser la congestión nasal y la sinusitis, estrés...etc.
No todos los factores desencadenantes son iguales en cada persona, ya que todos somos distintos y reaccionamos de distintas maneras.
Fuente: NIH
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