Hoy, para darnos un descanso y dejar un poco de lado los datos más "técnicos" sobre la gripe, os hablaré y desmentiré algunos de los mitos más comunes que se han ido creando alrededor de esta enfermedad, ya que considero que es una buena forma de enseñar en que consiste realmente esta enfermedad así como las recomendaciones que se deben seguir y, sobre todo, las que no son recomendadas y, aún así, se siguen llevando a cabo porque son "de las que oímos hablar".
- Como ya hemos comentado anteriormente, la gripe no es "inofensiva". A pesar de que en muchos casos esta no conlleve más que una serie de molestos síntomas como son la fiebre o la tos puede provocar incluso molestos dolores musculares y malestar general. Por si esto nos pareciera poco, sabemos que esta puede tener complicaciones mucho más serias, aunque estas sean menos habituales.
- Los antibióticos no pueden combatir la gripe. Estos son efectivos contra las infecciones bacterianas, y, como ya sabemos, la gripe es un virus. A pesar de esto si existen tratamientos que pueden paliar algunos síntomas de la gripe como la fiebre e incluso reducir el tiempo de duración de la enfermedad.
- El frío o "mal tiempo" no causa la gripe. A pesar de que el frío ya esté considerado por la mayoría el factor de riesgo por excelencia para coger una gripe, debemos saber que esto es rotundamente falso, y esta creencia es uno de los mayores mitos asociados a esta enfermedad. El hecho de que creamos esto se debe a que en muchos lugares la temporada de la gripe coincide con la época de clima frío. Debemos tener claro que el auge y la caída de la temporada de gripe dependen fundamentalmente del ciclo natural del virus.
- El consumo de Vitamina C no ayuda a prevenir o curar este tipo de enfermedades, ya sea una gripe o un simple catarro. Lo que si sabemos es que cuanto más completa sea nuestra alimentación y nos proporcione vitaminas y minerales, nuestro cuerpo estará preparado para afrontar de mejor manera los problemas de salud.
- La miel es buena para la garganta. Desde pequeños habremos oído a nuestros padres y abuelos decir que la miel mezclada con leche o limón es buena para la tos y el dolor de garganta. Recientes estudios han confirmado esta tradicional teoría, que demuestra que la tos es eficaz como antitusivo. Además de ello, esta tiene otro factor positivo: es barata y no produce efectos adversos.
- Si uno se encuentra bien también puede contagiar la gripe, ya que, en el periodo de incubación de la misma (que puede durar entre 18 y 36 horas) esta se puede contagiar.
- Si uno se ha vacunado en años anteriores contra la gripe, esto no significa que no tenga que vacunarse al año siguiente y siga siendo inmune, ya que, como hemos explicado en entradas anteriores, el virus de la gripe muta, y por tanto los anticuerpos que nuestro cuerpo fabrica un año no son efectivos contra el virus del año siguiente.
- El uso de cremas mentoladas ayuda a despejar las vías respiratorias y por tanto nos permite luchar contra determinados síntomas de la gripe, aunque su uso debe ser controlado, ya que pueden provocar irritación.
- Después de haber sufrido la gripe no tenemos que cambiar de cepillo de dientes ya que no corremos el riesgo de volver a infectarnos. Tras haber sufrido la enfermedad, nuestro organismo crea anticuerpos contra la misma, los cuales actuarán si el virus entra de nuevo en el organismo. Esto ocurre también con otras enfermedades como la varicela.
- El alcohol es medicinal. Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Santiago de Compostela concluyó que el 44% de las personas que consumieron un par de vasos de vino tinto al día durante la enfermedad tuvieron notables mejorías. Los remedios con alcohol se han utilizado siempre en contra de la gripe, y, como han demostrado en este caso, la "sabiduría popular" es efectiva y está en lo cierto en muchas ocasiones.
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